Motivación
Como estudiante, la motivación
debe ocupar espacio importante
en tus actividades escolares,
incrementando con esto las
posibilidades académicas.
¿Sabías que puedes emprender cualquier actividad escolar
exitosamente? ¿Cuál es esa fuerza personal o interna que te
ayuda a resolver cualquier problema? El tema de la motivación ha
sido siempre objeto de acaloradas discusiones psicológicas. Para
unos, es un término en extinción, para otros, simplemente
es uno de los temas favoritos de la Psicología.
Definamos pues la motivación como el estado emocional
de bienestar personal e interno que todo ser humano ha experimentado.
Suele representar en nosotros un óptimo potencial para emprender
actividades y es signo de desarrollo personal.
Como alumno, la motivación debe estar constantemente en todas tus
actividades escolares, fijando objetivos personales y fomentando actitudes
positivas hacia el estudio.
Bueno, partamos de ti mismo, recuerda que muchas de las cosas que realices,
en su mayoría dependen de tu voluntad.
- Conócete a ti mismo. Aprende a diferenciar
tus alcances y límites; define tus gustos y preferencias, encuentra
tus puntos positivos y negativos; haciendo caso al ejemplo de cuerpo
sano y mente sana, guarda un equilibrio entre tu mente y tu cuerpo mediante
pensamientos y hechos acordes a tu bienestar personal.
- Ejercítate. Recuerda que tu cuerpo es tu propio
espacio, cuídalo, atiéndete y, sobre todo, consérvalo
libre de enfermedades, ya que tu esquema corporal es el soporte que
te permitirá el sentirte seguro de ti mismo.
- Sé realista. Haz un análisis de las
cosas que hayas alcanzado hasta este momento. Sé concreto y honesto
contigo mismo; pregúntate, cuál es el nivel actual en
tus relaciones con los demás, en lo familiar, social, académico,
etcétera.
- Trabaja. Establece cuáles deben ser tus logros
a corto y a largo plazo en determinados periodos; define muy bien cuáles
son tus objetivos personales, ya que sólo podrás alcanzarlos
si los tienes perfectamente claros y definidos:
- Establece prioridades. La mayoría de la gente
tiene más objetivos y deseos de los que puede cumplir. Es necesario
establecer prioridades y decidir qué objetivos vienen primero
y cuáles deben esperar.
- Organízate. Determina las tareas a realizar,
necesitas como base la decisión para el empleo del tiempo,
que es tu tiempo, úsalo óptimamente para producir resultados.
Es la única manera para ser el director de tu propia vida.
- Sé objetivo. Esto te permitirá adquirir
autoconfianza, aprenderás a tener errores y a aceptarlos, lo cual
te brindará experiencia.
Permítete el ser flexible y abierto a las oportunidades y pensamientos
de los demás.
Estas indicaciones pueden generar acciones que te permitirán dirigir
no sólo tu vida académica, sino el resto de tu vida cotidiana.
Recuerda que no se puede demandar de los otros lo que uno mismo no posee.
Finalmente. es un hecho que la armonía que guardes en tu propia vida,
podrías transmitirla a los demás mediante tus acciones y hacer
de tu tiempo el mejor tiempo para vivir.